lunes, 8 de noviembre de 2010

VACACIONES SOÑADAS

Si bien es cierto que la globalización e internacionalización de los mercados, trae consigo nuevos y más creativas formas de mercadeo de bienes y servicios, es también cierto, que muchas de estas recursivas estrategias, no dejan de ser una incomodidad para algunos desprevenidos mortales, que caen (o caemos)incautos ante la invitación de lindas mujeres y apuestos jóvenes, que  invitan a regalar un un poquito de nuestro valioso tiempo para escuchar de las bondades de un plan de seguros que cubre hasta las picadas de zancudos, un plan exequial "todo incluido" o las vacaciones de ensueño con derecho a disfrutar de los mejores resorts del mundo con toda la familia por mas de 20 años.
Como una de las cosas que más le gusta hacer a las damas es hacer compras, eventualmente asumo con dignidad la tarea de acompañar  a mi maravillosa esposa en ese noble ejercicio,  y debo decir con modestia que `he soportado "estoicamente"  horas y horas recorriendo almacenes de cadena,  "outlets", promociones 2 x 1, saldos de inventario y demás , que pueda haber en la ciudad en correrías que afortunadamente terminan en un buen plato de comida china, o un delicioso helado de arequipe como recompensa. Pero la situación que me trajo a este comentario, comenzó con una invitación del suscrito a un supermercado a comprar apenas un par de piezas de pan francés, un poco de jamón y queso mozzarella para consentir uno de mis mas veniales placeres.
No fue necesario terminar de ingresar, cuando ya nos interceptaba uno de esos amables jóvenes, manifestando que habíamos sido "elegidos", dentro de un grupo especial de clientes, para visitar uno de los hoteles de la franja turística de la ciudad, y disfrutar un placentero recorrido por sus instalaciones, degustando una deliciosa limonada.
Cuando me disponía a agradecer la invitación y manifestar que no estábamos interesados, y que no éramos esposos en vacaciones, sino circunstanciales habitantes del sector, vi el rostro de mi esposa iluminarse,  y como es raro en ella ceder a estas novedosas propuestas, casi sin darme cuenta me senté a entregar mis datos al promotor turístico que prometía un resto de tarde muy placentero.
Los sándwich de jamón y queso debieron esperar, porque minutos más tarde, estaba la van en la portería del conjunto, dispuesta a llevarnos a conocer nuestras vacaciones soñadas. Mi hijo de 2 años se sumó al paseo, mi hija de 12 (quien dio cátedra de sensatez) se negó y prefirió quedarse bajando musica en el you tube , mientras el resto de su familia, seguía en el no muy cómodo vehiculo hacia el dichoso hotel. Al llegar, ya entrada la noche, nos tocó hacer fila y esperar para entregar datos sobre nuestros movimientos financieros, quizas para clasificarnos en un ranking de potenciales inversionistas o para ver que tan preparados estábamos para lo que venía, y es que después de recorrer las instalaciones, del hotel, vino la alienante conferencia  del encargado de explicar el novedoso plan de inversión que consistia en un no modesto aporte de 40 millones de pesos, para ingresar como "socio" de la cadena hotelera, con derecho a visitar hoteles desde Barú hasta Dubái, esgrimiendo una tarjeta que le permitiría tratamiento "preferencial".
Es indescriptible lo que sentí, pero mire a mi esposa con cara de "te lo dije" y me retire del salón a buscar la van que me llevara a casa, agradeciendo por supuesto a quien ocupo su valioso tiempo en explicarme el plan de las "vacaciones soñadas" La limonada, no cubrió las expectativas, pero me queda la satisfacción, de que el inquieto Josué David, a sus dos años, paso un rato muy divertido revoloteando por el salón, rompiendo un par de vasos y haciendo mucho ruido,como le gusta.
En casa me dedique como buen padre consentidor, a preparar los sándwich, y agradecí, el haber sido confundido con un potencial inversionista, al mejor estilo de Donald  Trump

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