domingo, 15 de julio de 2012

Mushaisa, tierra del carbón

De todas las palabras de la lengua Wayuunaiki , tal vez la que a mi juicio es la mas hermosa, es MUSHAISA, que significa Tierra del Carbón, y da el nombre a ese asentamiento habitacional, que ha sido la ciudad donde habitan los trabajadores del Complejo Carbonífico de El Cerrejón.
Allí me correspondió volver, en un viaje que otros llamarían de trabajo, pero que para mi resulta todo un placer. La invitación es a llevar el Seminario Conducta Humana y Ambiente Social, que hace parte de un diplomado sobre valores y convivencia que ofrece la Caja de Ciompensación de la Guajira COMFAGUAJIRA .
Desde cuando entras a Mushaima, sientes una extraña sensación de aislamiento, a la que terminas acostumbrandote al paso de las horas, se respira una cultura de la seguridad, que notas con la valla que te advierte que ése presisamente es el principal valor 
Con esa advertencia, ingrese y recorrí unos minutos hasta llegar a al sede del jardín infantil, donde en un salon muy bien dotado, se llevaría a cabo el taller , que solo se suspendio momentaneamente a la hora del delicioso almuerzo, que comparti con los asistentes.

Al final de la tarde, y con mas satisfacción que cansancio, me dirigí al hotel, una construccion donde lo funcional impera sobre lo estético, pero que no deja de ser una bella construccion, y mientras me registraba, al filo de las seis de la tarde, veo con emoción una maquina de café Juan Valdez... al mejor estilo de los Mall Neuyorquinos, introduces un billete de 2 mil, para tomar del dispensador la capsula con la que preparas la bebida en una cafetera dispuesta para el fin.

Ingreso al hotel Mushaisa
Asomado a la ventana de una cómoda habitacion en el trecer (y último) piso de la torre principal, veia caer la noche, recordaba a mi familia, imaginaba al inquieto Josué, revoloteando por le apartamento, rodando su flamante camioneta por las paredes, a mi adorada princesa Maria Camila, escuchando musica en el PC o respondiendo sus "twetts"y a mi maravillosa esposa leyendo algún pasaje bíblico y tomando juiciosa nota. Esta imagen en mi mente, me hizo sentir porque, o mejor "para que" estaba alli, y senti entonces que nuevamente valia la pena.





Al dia siguiente muy temprano, baje a dar los "buenos dias" a la maquina de café, y una caminata matutina, me mostro nuevamente que en Mushaisa se vive de manera diferente, se respira una cultura ciudadana, como la que se quiere implementar en mi querida Santa Marta, y me permitio tomar las fotos que hoy acompañan este texto. Me sorprendio especialmente, (no deberia sorprenderme) como las personas cumplen estrictamente el paso por los senderos demarcados, y como un "desprevenido visitante" que toma fotos mientras camina hacia el comedor, recibe una "sanción social" de un conductor que con una sonrisa, que mas que sonrisa era un metalenguaje, detiene su vehículo y le recuerda por donde debe cruzar la calle.... Entendida la lección.!
Ingreso al complejo, verificación de permiso


Los senderos estrictamente demarcados



Hotel Mushaisa


Vivienda de trabajadores de la mina (con paneles de energía solar)

Incluso en la buseta hay que abrocharse el cinturon
Mas tarde y despues de una espera donde vuelves a sentir la soledad, subo a la buseta que me lleva hasta la salida, (sin pagar) notando como el conductor no sigue la marcha, hasta cuando tu no estas acomodado en la silla. (Quien ha subido un bus en Barranquilla sabe lo que es sentir la sensación totalmete opuesta. ). Alli tomo un taxi hasta Cuestecitas, una poblacion que vive de la venta de gasolina venezolana y hago transbordo a otro carro que me lleva con una vallenato a todo volumen en el que comparto espacio con una pareja de jovenes indigenas y su bebe, que me muestran una imagen de la otra Guajira, maltratada y abandonada. Ver la tristeza en sus rostros me conmovió, y a riesgo de que me descubrieran acomodé mi telefono movil para poder compartir con ustedes esta imagen enternecedora, de la magica tierra Guajira. Hasta pronto Mushaisa... hasta pronto Guajira!